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Productores de peras y manzanas, en su peor momento en más de una década

El titular de la Cámara de Productores de Fernández Oro, Carlos Zanardi, comparó la actual situación con la época de Martínez de Hoz.

La fruticultura del Alto Valle de Río Negro y Neuquén atraviesa una crisis sin precedentes. Según el presidente de la Cámara de Productores de General Fernández Oro, Carlos Zanardi, la actividad se encuentra en "el peor momento de los últimos 13 años", con una situación económica que remite a las políticas que marcaron la década del '70.

"La producción frutícola pasó por su peor momento en la época del ministro de Economía Martínez de Hoz, bajo la dictadura militar de Jorge Rafael Videla. Durante los años del gobierno de Carlos Menem, también fue muy crítico para la fruticultura. Pero los últimos 12 meses del gobierno de Milei se asemejan a las políticas económicas de Martínez de Hoz", afirmó Zanardi en un comunicado de prensa.

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El dirigente destacó que, a diferencia de aquella época, hoy el panorama es aún más complejo debido la fuerte competencia internacional. "En los años '70 no existía la competencia de otros países del hemisferio sur. Actualmente, Chile, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Brasil producen peras y manzanas desde hace décadas y llegan con sus exportaciones a los mismos mercados que los rionegrinos, pero con menores costos y baja presión impositiva", explicó.

Altos costos y la falta de rentabilidad

El contexto de crisis en la fruticultura regional no es nuevo, pero en los últimos años se ha profundizado debido a diversos factores. El alto costo de producción, la elevada carga impositiva y la falta de competitividad frente a otros países han llevado a que los productores enfrenten serias dificultades para colocar su fruta en los mercados locales e internacionales.

La reducción de la rentabilidad y la pérdida de competitividad han obligado a muchos productores a abandonar la actividad o reducir drásticamente la superficie cultivada. La combinación de inflación en dólares, costos laborales elevados y una presión fiscal asfixiante ha generado un escenario insostenible. En este sentido, Zanardi subrayó que "los productores estamos asfixiados por costos internos altísimos y una falta de políticas que permitan sostener la actividad". La exportación, que históricamente ha sido el motor de la fruticultura patagónica, se encuentra en un momento crítico debido al atraso cambiario y la falta de incentivos fiscales.

La necesidad de medidas urgentes

Las cámaras frutícolas de la región han elevado reiterados reclamos al gobierno provincial y nacional. En una reciente reunión con el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, y su equipo de trabajo, los productores solicitaron medidas urgentes para aliviar la crisis. Entre los principales pedidos se encuentran:

-Financiamiento para afrontar la cosecha y las labores culturales.

-Diferimiento de aportes y contribuciones patronales para reducir costos laborales.

-Reducción de impuestos provinciales y municipales para aliviar la presión fiscal.

-Implementación de medidas que permitan mejorar la competitividad en los mercados internacionales.

A nivel nacional, se solicitó una reunión con el ministro de Economía, Luis Caputo, para abordar la situación de la fruticultura. "Es fundamental que el gobierno tome dimensión de la gravedad de la crisis. Estamos en un punto de no retorno si no se implementan soluciones estructurales de inmediato", advirtió Zanardi.

Un futuro incierto

El panorama de la fruticultura en el Alto Valle sigue siendo incierto. Si no se logran medidas concretas, la crisis podría agravarse, con consecuencias devastadoras para los pequeños y medianos productores. La falta de rentabilidad y la dificultad para competir en los mercados internacionales amenazan con desmantelar una actividad que ha sido el sustento de miles de familias en la región.

Los productores, por ahora, han descartado tomar medidas de fuerza, pero evalúan la posibilidad de movilizaciones si no reciben respuestas satisfactorias. "Hemos agotado todas las instancias de diálogo. Necesitamos respuestas concretas y urgentes. De lo contrario, muchas chacras quedarán vacías y el futuro de la fruticultura regional estará en riesgo", concluyó Zanardi.

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