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Aquelarre cumple 55 años: los recuerdos del legendario boliche que marcó la noche valletana

Desde Neuquén, salían 10 micros repletos de jóvenes todos los sábados. Orlando Mayer, su histórico DJ, rememoró recuerdos de la imponente "catedral" y dio detalles de una nueva edición de la “Noche 80 y 90 - Modo Retro”.

El 29 de octubre de 1969, General Roca vivía una noche histórica que marcaría a fuego a la ciudad y a todo el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Es que en medio de una excitación generalizada por lo que podría llegar a pasar, se produjo la inauguración de Aquelarre, que significó una de las discos más grandes en todo el país.

A las modistas y los sastres de la época no les daban ni el tiempo ni las manos para confeccionar los pedidos de vestidos, sobretodos y trajes de aquellos que no se perdieron la apertura de un día memorable que fue a todo glamour.

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El legendario espacio bailable aún sigue de pie. Y si bien tuvo un exitoso segundo episodio –luego de que la primera construcción se incendiara de forma extraña en el año1982-, este sábado 23 de noviembre festejará su 55° aniversario con el ciclo “Noche 80 y 90 - Modo Retro”.

Una de las cabezas de la organización de la gran fiesta es Orlando Mayer, el histórico DJ de la disco, que tenía apenas 24 años cuando se hizo cargo de las bandejas y vinilos. Todavía no había rastros de la era digital que cambiaría la industria de la música.

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El DJ apenas tenía 8 años cuando Aquelarre sucumbió el Alto Valle. Los socios fundadores fueron Carlos Gadano, Alberto Suertegaray, Ángel Balduini, Gastón y Eduardo Saint Martin, Rolando Bonacchi y Jorge Richmond. Tiempo más tarde, y con la finalidad de ampliar su capital social, se incorporaron Hugo Ernst, Victoriano Muneta, Aldo Balbín, Renán Urdinez y José Fabi. Con el paso del tiempo, algunos socios transfirieron sus acciones hasta que la sociedad se disolvió, según detalló el periodista Horacio Lara en una publicación de más de dos décadas en un diario regional.

“Comencé a trabajar como DJ en Aquelarre en la década del 80, en el segundo Aquelarre mientras se estaba construyendo. El primero de los boliches era más chico, más rústico, pero hermoso. Se destruyó 100%. En ese tiempo trabajaba en la radio LU18 como operador y programador. Al boliche primero ingresé como iluminador. Había varios socios, pero yo comencé a trabajar con Aldo Balbín, quien quedó como único dueño”, recordó Orlando.

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“Cuando se comenzó a construir el nuevo Aquelarre, fue algo muy raro. A medida que se iba edificando, se abrieron las puertas para colocar todo el sonido y luego se desarmaba para que el lunes vuelvan a su trabajo los albañiles. La gente venía a bailar los sábados y veía cómo se iba dando todo hasta que un día se inauguró”, agregó. Algo llamativo que también tenía la superficie era que la casa de Balbín se ubicaba en el patio.

Su chance en el boliche

Melómano de toda la vida, Mayer tuvo su gran oportunidad cuando decidieron probarlo en las bandejas: “Fue un 21 de septiembre y me encargué de preparar la apertura. El boliche estaba explotado de gente y yo tenía muchos nervios”. Sin embargo, esa sensación en pocos segundos desaparecería. “Abrí con un tema de Quiet Riot (banda estadounidense de hard rock) que se llama ‘Ven, siente el ruido’ (‘Cum on Feel the Noize’) y fue una fiesta”, agregó.

Tras el incendio de la primera edificación del boliche, el conocido DJ aseguró que Balbín llevó adelante una “megadisco”. “Aquelarre fue impactante y lo sigue siendo; tiene una pista principal, un pequeño tramo con un minitúnel que te lleva a la pista de lentos, un vip para 500 personas con dos snackbars, dos terrazas, una pista elevada, un patio gigante con pileta. Realmente es impactante y todo se mantiene hasta el día de hoy. Hay lugares míticos en Bariloche, pero que ahora solo trabajan con las visitas de los egresados”.

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“Estuvo a la vanguardia (Aquelarre) y llegó a estar entre los mejores boliches de Sudamérica. No tenía nada que envidiarles a otras discotecas de Buenos Aires o Mar del Plata. La gran diferencia es que Aquelarre perdura y las otras desaparecieron”, acotó. Mayer aseguró que al reducto ingresan unas cinco mil personas. “El promedio siempre fue de tres mil”, reveló.

Clásica apertura, “batalla de DJ” y la fama de Aquelarre

El esplendor de la “Catedral” (como supieron denominar al espacio) de la noche roquense llevó a Orlando a competir en las “batallas de DJ”: “Durante 16 años competí y me encontraba con discjockeys de Punta del Este (Uruguay), Brasil, Chile y otros países. También venían DJ españoles. Y lo loco era que Aquelarre se conocía en todos lados. Las ‘batallas’ se hacían en Mar del Plata, Punta o Buenos Aires. Una vez, el boliche funcionó como sede y vinieron todos. En Avenida Corrientes juntamos cerca de 100 mil personas, primero tocamos todos los DJ y después se presentaron Los Fabulosos Cadillacs”.

Una de las grandes atracciones que tenía Aquelarre en los 80 y 90 era su apertura. Esta se daba de forma sincronizada entre la alta tecnología en audio e iluminación, algo que sucederá en el ciclo “Noche 80 y 90 - Modo Retro”.

“Había formato de iluminación, que era un octógono –ya no está- y bajaba hasta el piso de la pista. Parecía una nave. Ahora las luces las digitalizamos y retocamos algunos otros detalles. La apertura, que cuenta con muchos efectos y locuciones, siempre se hace a la 1 de la mañana, y a esa hora ya tenemos 2500 personas. Es un verdadero show lo que pasa y dura más de cinco minutos”, describió.

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Además de Aquelarre, en la década del 80 también estaban presentes en la noche patagónica Kaulum (Villa Regina), Zakoga (Cipolletti) y, tiempo después, Mirror (Neuquén).

Si hay que hablar de música, en la selección que hacía Orlando para cada noche figuran bandas como Electric Light Orchestra, Toto, Van Halem, Quiet Riot, Tears For Fears, Roxete, Europe, Pink Floyd, Stones, entre otros. “Estaba familiarizado con la música por mi trabajo en radio y TV. Ponía lo que sonaba, y en esa época sonaba mucho. La gente comenzaba a bailar a las 2 de la mañana y terminaba a las 6:30. La música era inigualable”, aseguró.

El equipamiento que utiliza Mayer para cada ciclo que se da en Aquelarre está compuesto por Pioneer Ddj Flx10 y Technics 1200 Mk2, está ultima destinada para los discos de vinilo.

Micros desde La Barca y Moria

La repercusión que generaba el boliche roquense en esas noches interminables hizo que la línea de micros Gonzomar trasladara cientos de neuquinos a la denominada “catedral”, cuyo frente y fachada era solemne para el que conocía por primera vez la disco. “Venían más de dos mil personas desde Neuquén, Cipolletti, Regina, Valle Medio. Una locura porque el boliche lucía con un lleno total”, contó el legendario DJ.

En Neuquén, el punto de partida de los colectivos era desde La Barca, reconocida confitería que se ubicaba en Ministro González casi Avenida Argentina. Actualmente, allí funciona la heladería Las Malvinas. Desde La Barca partían más de 10 micros. Con el tiempo, el servicio se cortó por algunos disturbios que se producían en el interior del micro (en su regreso) por algunos alcoholizados. Se llegó a comentar en la época que una de las butacas fue lanzada por la ventanilla.

Como todo reducto bailable que tiene su etapa dorada, los personajes que visitaron la zona no perdieron la ocasión de conocer Aquelarre. “Se llenaba siempre y había muchos viajantes que aprovechaban a salir e ir al boliche. También hubo muchos famosos que pasaron como Moria Casán, Miguel Mateos, el grupo Virus con Federico Moura (cantante ya fallecido), Antonio Birabent, JAF, Los Midachis, más otros famosos del momento”, reveló.

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“Algunos de los personajes se invitaban para realizar presencias, pero en el caso de Miguel Mateos recuerdo que cantó algunos temas”, agregó.

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En cuanto a los tragos que se consumían, Mayer contó que en las barras salían el Séptimo Regimiento (vodka, gin, whisky, Campari, granadina) en su versión seca o dulce, Gancia batido, whisky, Cielito (vodka, blue curaçao, piña colada), Whiscola y mucha cerveza.

Elección de Brujos y Brujita

Desde su nacimiento, en el recinto bailable se realizaba la elección de la Bruja y el Brujo del año. Los primeros fueron Hugo Epifanio y Noemí Palmieri. Justamente, en la fiesta por el 55° aniversario se revivirá ese momento.

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“En las viejas épocas se votaba al que tenía más carisma, al que iba siempre, al que era caballero y otros valores que hacen a una persona. En esta ocasión, vamos a hacer la elección y cada postulante debe ir con algún vestido temático. Vamos a juzgar la buena onda de la persona, el grupo que la acompaña, cómo baila. Va a haber un jurado que va a votar y la gente también lo hará mediante su aplauso. Va a haber de todo, hasta premios”, describió Orlando.

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“Vamos a comenzar a recibir a la gente a las 11 de la noche y a la 1 arrancamos con la presentación. Va estar abierto todo el complejo con sus cuatro pistas. La pista de lentos primero va tener música ‘cachengue’ y, después, a las 4 de la mañana, se largan los lentos”, destacó.

Orlando Mayer permaneció en Aquelarre hasta el año 95. Llegó a ser gerente del lugar y se encargó de poner otros DJ. Una vez que el boliche cerró, se dedicó a trabajar en sus propias producciones para eventos. “Somos tres personas las que generamos Modo Retro, que ya venimos haciendo hace muchos meses. Marcelo Ayamilla, Hugo Molina y yo somos los DJ. El productor general es Claudio Serrano”, reveló.

“En la actualidad, Aquelarre se alquila para determinados eventos (casamientos, cumpleaños de 15, entre otros). Como boliche cerró en el 96, creo… Pero es un lugar hermoso, perfecto. Podés meter tres mil personas y podés circular tranquilo o sentarte como en cualquier lugar. Es un lugar preparado para esa cantidad de gente”, contó.

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“Creo que nadie va a faltar porque es una verdadera fiesta. Llegan grupos de 20 o 10 personas que quieren divertirse y escuchar buena música de ese período. Mucha gente se ha conocido en Aquelarre y hasta ha contraído matrimonio. Será un lugar de encuentro y de mucha historia”, aseguró.

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