No detectaron indicios de criminalidad en el hombre hallado muerto en Cinco Saltos

La autopsia realizada al cadáver de Marcos Figueroa, quien fue hallado sin vida en una vivienda de Cinco Saltos, determinó la inexistencia de indicios de criminalidad.

Fuentes del Ministerio Público Fiscal agregaron que los peritajes en la escena tampoco detectaron signos de violencia, por lo que se descarta un posible ataque.

Todo indica que puso fin a su vida por decisión de índole personal, como había trascendido inicialmente.

Figueroa, de alrededor de 40 años de edad, estaba en libertad pero había sido imputado por el asesinato del trabajador tucumano Maximiliano Gallardo, ocurrido en mayo del año pasado en la misma ciudad rionegrina, hecho por el que hay otras tres personas detenidas.

Le endilgan haber aportado su auto Renault Sandero para transportar el cuerpo de la víctima hasta una cantera cercana al lago Pellegrini.

El lunes por la mañana encontraron muerto a Figueroa en una vivienda de la calle Perito Moreno.

Trascendió que el cuerpo lo halló en una habitación una mujer con quien mantenía una relación afectiva.

Tras el protocolo de rigor que se aplica en estos casos, los restos fueron trasladados a la morgue de General Roca, donde le realizaron la necropsia.

Su testimonio era considerado clave en el juicio en el que se deberá determinar responsabilidades en el homicidio de Gallardo, quien fue ejecutado de un tiro en la cabeza.

De todos modos había prestado declaración ante el juez Juan Puntel, por lo que ese testimonio será relevante en el debate que, se presume, se podría realizar en el transcurso de este año.

Hay otros tres acusados que permanecen en prisión preventiva: Leticia Saso, Ezequiel Millar y Federico Oses, quienes residían en el domicilio donde ocurrió el hecho.

Todo indica que lo habrían matado por un conflicto desatado por una deuda de drogas.

La trama del crimen

Maximiliano Gallardo, de 30 años, había llegado a la zona desde Tucumán para trabajar en la cosecha de fruta. Pero a mediados de mayo del año pasado desapareció. Al no tener noticias de él su madre viajó de la provincia norteña y presentó la denuncia.

La investigación encabezada por la Fiscalía Descentralizada de Cinco Saltos, con el aporte del abogado Gastón Leiva, quien representó a la mamá de la víctima, llegó a la conclusión de que había sido asesinado, aunque su cuerpo no apareció.

Lo encontraron dos meses y medio después luego de que uno los acusados, Ezequiel Millar, se quebró y brindó los datos certeros que permitieron ubicar al cuerpo de Gallardo. Efectivamente, gracias a la confesión fueron hasta el lugar señalado, en la zona de bardas cerca del lago Pellegrini, y allí lo encontraron envuelto en un nylon negro.

La pesquisa determinó que lo habían asesinado el 17 de mayo de 2024, cuando Gallardo fue hasta la casa de los acusados con un conocido que lo esperó en las inmediaciones, pero que se fue porque pasaban las horas y no regresaba.

La pista de la droga

Según la hipótesis armada por la Fiscalía en base a los indicios y elementos de pruebas recabados en el lugar, lo hicieron arrodillar y le dieron un balazo en la frente con un arma calibre 22 o 25. Después envolvieron el cuerpo en un nylon negro y lo llevaron hasta la zona de bardas, donde lo dejaron tirado.

Ese viaje lo habrían hecho en el auto de Figueroa, quien había sido imputado por el delito de “encubrimiento agravado por la gravedad del hecho”.

Los otros tres cómplices están por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por alevosía”.

Para la fiscalía, el móvil del hecho fue por una deuda por drogas. Gallardo era adicto y los acusados vendían estupefacientes.

Según esta versión, todo fue por un aire acondicionado al parecer proveniente de un ilícito que Gallardo debía entregar a los supuestos narcos, que le habían pagado con cocaína.

Sin embargo, el aparato quedó en poder de un menor de edad que aparece en la causa, lo que provocó el conflicto fatal.