Vecinos indignados: "Nadie se hace cargo de Balsa Las Perlas"

Los vecinos de Balsa Las Perlas, un paraje que pertenece a Cipolletti, pero se encuentra a 15 kilómetros de distancia, están sumidos en la indignación y el malestar debido a la falta de atención por parte de las autoridades. La comunidad, compuesta por más de 10 mil personas, denuncia un aumento alarmante en los hechos delictivos, la ausencia de políticas públicas para mejorar la calidad de vida y graves deficiencias en los servicios básicos como gas, agua y cloacas.

A esto se suma la crítica situación de la seguridad en la zona. Los vecinos advierten que el destacamento policial cuenta con menos de cinco efectivos para toda el área de cobertura y que, en la mayoría de los casos, no pueden asistir a emergencias por falta de combustible en los patrulleros, desperfectos mecánicos o teléfonos de emergencia fuera de servicio.

Celeste Abdala, residente del lugar desde hace 14 años, expresó su frustración en diálogo con LM Cipolletti: “Vivo hace 14 años acá y es muy poco el avance que hemos tenido. Falta de alumbrado público, no tenemos gas, la leña está carísima y ahora se suma la inseguridad”.

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Para ingresar a Balsa Las Perlas, la principal vía de acceso es por la ciudad de Neuquén.

Omar Novoa

La mujer relató que fue víctima de robos en dos ocasiones: “Primero me robaron el portón de mi casa cuando estábamos construyendo. Después, el alambrado del fondo. Hice la denuncia, pero la policía ni una respuesta. Te la toman, pero no hacen nada. Es muy indignante y triste”.

El desamparo en materia de seguridad es tal que muchos vecinos han comenzado a organizarse en redes sociales como Facebook y WhatsApp para alertarse entre sí sobre los delincuentes que operan en la zona. “Los vecinos saben quiénes son, ponen nombres en los grupos, hacen la denuncia y la policía no da respuesta. Ya están cansados y quieren tomar justicia por mano propia”, advirtió Abdala.

“Todo es un problema acá" “Todo es un problema acá"

El reclamo hacia el Gobierno de Río Negro es generalizado. Los residentes denuncian que las autoridades locales y policiales ignoran los pedidos de mayor seguridad y patrullaje. “Necesitamos que venga una autoridad del gobierno, de la policía, que nos den una respuesta y, al menos, dos o tres móviles para patrullar. Esto ya no da para más”, enfatizó Abdala.

A la inseguridad se suma el alto costo de los servicios energéticos, que además presentan deficiencias. Según denuncian, la empresa EDERSA les cobra tarifas elevadas por un servicio ineficiente: “Estamos pagando de luz lo que vale un alquiler y eso también es una locura”, sostuvo una vecina.

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Vecinos denuncian una creciente ola de robos y falta de personal policial con patrulleros que funcionen.

Omar Novoa

La autonomía municipal, un sueño postergado

Muchos vecinos creen que la solución a sus problemas podría venir de la mano de la municipalización de Balsa Las Perlas. A lo largo de los años, se han realizado intentos de convertir a la localidad en un municipio independiente de Cipolletti, pero sin éxito.

En 2013, la entonces legisladora Magdalena Odarda presentó un proyecto de ley en la Cámara de Diputados para la creación del Municipio de Balsa Las Perlas. En una nota dirigida a la diputada, vecinos argumentaban que, de acuerdo con la Constitución, la cantidad de habitantes justificaba la autonomía administrativa y política.

El proyecto incluía la convocatoria a un plebiscito para que la población decidiera sobre la municipalización y, en caso de obtener una respuesta afirmativa, se llamarían a elecciones para elegir autoridades locales. Sin embargo, la iniciativa no prosperó por falta de apoyo político.

Los vecinos de Balsa Las Perlas siguen a la espera de respuestas concretas. Mientras tanto, los vecinos se organizan para realizar manifestaciones más contundentes con el objetivo de visibilizar su situación y exigir soluciones inmediatas. “Uno ya vive atemorizado, no podés dejar tu casa porque cuando volvés no sabés si vas a encontrar algo”, concluyó Abdala, reflejando el sentimiento de cientos de familias que sienten que el Estado los ha abandonado.