El caos que el cierre de una sede del Correo Argentino generó en Cipolletti
Empleados de la casa central admiten que no dan más y los vecinos se quejan de las demoras. El crudo testimonio de un trabajador que no aceptó el retiro.
La amplia sala de espera luce repleta pasado el mediodía del miércoles en la casa central del Correo Argentino en Cipolletti. Hay, incluso, gente parada que aguarda ser atendida. Otros que ingresan al histórico edificio, rezongan al ver la nutrida concurrencia y huyen despavoridos. “Yo vine hace más de media hora y me voy a tener que volver para mi casa sin nada porque tengo que llevar a la nena al jardín”, cuenta resignada una vecina con la paciencia colmada.
“Por momentos, hay demoras de 40 minutos”, admite uno de los empleados que fue reubicado tras el cierre de la sede de Sáenz Peña, lo que complicó sobremanera el panorama general. Y, en consecuencia, se palpa el malhumor social en el recinto...
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Es que justamente ese brusco cese de actividades en la otra dependencia local del Correo hizo que todo el trabajo ahora se concentre en la sede de Mengelle y Teniente Ibáñez, la cuál por momentos colapsa y se muestra totalmente desbordada en medio de un movimiento incesante.
El trabajador del Correo que no aceptó el retiro
“La verdad es que no damos abasto”, reconoció Julio Salto, el empleado que pasó de una oficina a otra por la drástico decisión del Gobierno Nacional, que según el vocero presidencial Manuel Adorni considera que si no se privatiza será difícil que la emblemática institución sobreviva.
“Se han ido 2.200 empleados del Correo en todo el país y aparentemente quieren seguir desde Nación con la arremetida hasta llegar a 4 mil… Una pena porque es duro, yo tengo 2 hijas, una aún en la Universidad y te puedo asegurar que se viven momentos complicados cuando no sabés si te quedas en la calle o no”, indicó el trabajador, que tuvo que convivir con la incertidumbre varias semanas hasta que se normalizó su situación con la comentada mudanza…
Lamentó que lejos de mejorar las condiciones, el cierre de la sede de Sáenz Peña se tradujo en un considerable aumento de la demanda en el edificio central del Correo Argentino en nuestra ciudad y solo trajo aparejado complicaciones para los laburantes y vecinos.
“Hay demoras de 40 minutos, muchos se quejan, otros se van, otros retiran el número y vuelven después. Es la única oficina de la ciudad y no damos abasto. De Neuquén se vienen para acá también, menos mal que sigue abierta la de Oro según me enteré porque el caos sería total si no”, describió la compleja situación en declaraciones a LM Cipolletti.
“Fue hace 3 meses, se atendía a mucha gente allá en Sáenz Peña. Yo pasé solo acá, los otros 2 compañeros fueron reacomodados en Neuquén. Igual no alcanza con el personal, se fueron 8 acá y no reponen, carteros de calle quedan 6 y a veces no llegan con todo el reparto. Fijate que el lunes cerramos a las 16 y terminamos a las 16.50 de trabajar”, explicó el hombre.
Julio tiene 49 años y 27 años de servicio en esta entidad. Está “preocupado por la situación”. Entiende que “muchos compañeros aceptaron irse por miedo a que los despidan, como el retiro voluntario era por el 130 % y el despido por 100 % varios agarraron viaje…”, reflexionó un histórico del Correo que está alineado al sindicato AJEPROC.
Los vecinos, también preocupados
“Si me decís que cierran la otra y mejoran las condiciones en esta te la tomo, pero cerrar para que todo esto sea un caos, qué sentido tiene”, protestó uno de los vecinos que prefirió mantener su nombre en reserva.
“No puede ser que venir a buscar una simple encomienda te lleve más tiempo que una visita al médico”, lanzó una señora que caminaba de un lado a otro, repleta de ansiedad, con la misma indignación.
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