Checho conquistó Berlín: por qué no aceptó sponsor y la sugerencia que trae a Cipolletti

“Ahora sí que pasó la tensión y el cuidado previo en la alimentación me estoy dando el gustito con los jamones, la cerveza, las tortillas y la paella”, confiesa entre risas Sergio Checho Panieva desde Madrid, días antes de emprender el regreso a su querida Cipolletti.

Se trata del atleta local que participó en la tradicional y exigente Maratón de Berlín, Alemania, una de las carreras top del calendario mundial en esa especialidad amateur y ahora comparte sus vivencias vía LM Cipolletti.

Con sus 58 años que parecen muchos menos, celebra haber “cumplido el objetivo” de llegar a meta en el complejo desafío por el que estuvo juntando el dinero incluso “desde antes de la pandemia”, cuando comenzó a planificar su segunda aventura internacional.

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Reconoce que el momento de la largada junto a competidores de todo el mundo “fue muy fuerte, por “todo lo que conlleva estar allí, son miles de emociones y sensaciones y por eso en los primeros kilómetros cuesta arrancar”, asegura el conocido empleado municipal que se guardó días de vacaciones para disfrutar esta experiencia incomparable.

“Ya después te empezás a soltar. Yo me planteé encarar la mitad de carrera a un ritmo y ya luego del kilómetro 21 regulás un poco por el simple hecho de querer terminarla, empezás a ver que empiezan a caer al lado tuyo, uno, dos, diez competidores que se van quedando por cansancio o dolencias y entonces especulás por miedo a que pueda pasarte lo mismo”, explica quien hizo la preparación para esta “prueba increíble” junto a la Escuela de Corredores de Cipolletti.

La historia de un apasionado

Sergio tiene antecedentes en eventos de esta magnitud y lo considera un “hobby con entrenamiento profesional, lo que busco es la excelencia, poder hacerlo y cumplirlo”.

No cualquiera lo lograría. Cabe con señalar que tardó 3 horas y 15 minutos para cubrir los 42 kilómetros, lo cuál habla a las claras de lo intricando que es el camino.

Por eso, quien a la vez se desempeña en un estudio de arquitectura e ingeniería quedó “contento” con la performance y en especial con el aprendizaje. “Había corrido el mundial de atletismo hace 5 años en Málaga con un buen rendimiento en la categoría + 50 y ahora se dio esto”, celebra y se acomoda el flequillo.

El idioma, si bien domina el inglés, fue uno de los obstáculos a sortear en Alemania. No por nada hizo base en España en este mes en Europa.

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En redes sociales recibió mucho apoyo y asegura que le llegó “todo el aliento de la gente, con los años que tengo en la actividad humildemente uno es una suerte de referente y lo que más quiero es transmitir esta experiencia a los atletas cipoleños”, avisa en el final de su estadía en el Viejo Continente.

Su señora lo respalda y acompaña pero extraña “a mis tres hijos y cuatro nietos, que son los que me llaman y me preguntan, ‘abu cuándo volvés. Por suerte ya falta poco”, adelanta.

Por qué no buscó sponsors

El argumento que esgrime para la falta de ayuda económica es más que válido y elogiable. “Me lo banqué solo al viaje, fueron cuatro años para juntarla en un momento complicado, sin sponsors… Agradezco a mucha gente que me ha querido ayudar pero prefiero destinar ese apoyo a las generaciones que vienen, a los chicos profesionales, a la Escuelita de corredores”, explica generoso.

Un cipoleño por el mundo causando con su presencia la grata sorpresa de los atletas de países del primer mundo. “Les llama muchísimo la atención que aparezca alguien del sur de la Patagonia a correr a Berlín, ‘sos loco como vas a venir hasta acá’ me decían y luego me felicitaban. Claro para ellos queda todo cerca por acá”, asegura Checho.

Luego cuenta a modo de anécdota que “por los nervios naturales, antes de la carrera sentí tironcitos, fiebre, dolor de rodillas jaja. Pero como dice Moría, el día que ni sienta nervios al subir al escenario te tenés que retirar. Y acá lo mismo”, reflexiona.

Qué le sorprendió de Europa

Por último dice que le asombró mucho “la cantidad inmensa de bicicletas en Berlín, todos mamás y papás que llevan a los chicos en bici, con carros adaptados adelante como si fueran de compra, cubiertos por lonas. Hay bicisenda en cada calle, se manejan rápido en bici y eso que tienen las fábricas de altas gamas. A la vuelta voy a hablar con el intendente para ver si podemos implementarlo en nuestra ciudad”, culmina Sergio Panieva, el cipoleño que conquistó Berlín y regresa con muchos recuerdos y una valiosa sugerencia.

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