¡Buen mozo! La historia de Emilio y las pasantías inclusivas en comercios cipoleños

Emilio tiene 22 años, vive en Neuquén y es el menor (y más mimado) de tres hermanos. Nació con síndrome de down y pese a las dificultades es un “joven con muchas ambiciones, siempre quiere independizarse, anhela poder pagarse el alquiler de su propio departamentito algún día y como supo hacer cursos de mozo, esta oportunidad cerraba en todo sentido”, comenta su mamá Mónica.

Por eso, estaba “feliz de la vida” con esos pesitos que se trajo de la propina en la experiencia inolvidable que realizó la semana pasada en Balcarce, el conocido café cipoleño de calle Roca.

Vivencia que según cuenta su progenitora para él “fue cumplir el sueño de su vida, nunca había tenido la posibilidad de incursionar en el campo laboral y como le encanta progresar, estaba en su salsa”.

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Emilio le puso la mejor onda y el intercambio con los clientes fue óptimo.

Antonio Spagnuolo

Emilio se convirtió en una grata sorpresa para los clientes de ese conocido recinto gastronómico y hasta para sus propios y generosos compañeros. Protagoniza un ejemplo de inclusión y superación. Por suerte, no se trata del único ni del último caso.

Es que las pasantías inclusivas de los integrantes de APASIDO (Asociación Patagónica de Síndrome de Down) se extenderán en dicho local y en distintos comercios de la ciudad y la región.

“El hace 2 años hizo unos cursos de mozo en Neuquén y después ingresó a APASIDO, el centro de inclusión laboral y social en cuyos talleres lo van preparando a los chicos para la inserción de acuerdo a sus posibilidades. Nunca tuvo la chance de trabajar y ahora se le dio”, explicó con orgullo su madre.

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El joven junto al equipo de trabajo de Balcarce.

Antonio Spagnuolo

“Son pasantías de una semana y a él le encantó. Todos los días iba contando las tareas que le aginaban, cada vez le agregaban mayor dificultad y nos sorprendía su desempeño. Iba acompañado por un preparador laboral, quien día a día iba nos decía que se iba adaptando. Y hablé con los dueños y nos contaron que estaban re contentos con su paso por allí, por cómo se integró”, amplió la mujer con inocultable chochera.

“Se sintió como pez en el agua, le encanta atender a los clientes, tomar nota del menú en un anotador y todas esas tareas. Ahora quiere hacer un curso de barista, quedó entusiasmadísimo y muy agradecido a la ayuda de sus compañeros, el mozo y la moza oficial de Balcarce”, reconoció.

Su familia confió en él y no quiso invadirlo durante sus prestaciones laborales. Prefirieron evitar que se sienta presionado o se inhiba. “Pero personas conocidas que fueron al café, nos contaron que iba y volvía, tomaba pedido, trasladaba bebidas, repasaba mesas y sillas, en fin todo lo que implica ese trabajo. Y él feliz porque lo dejaron hacer un montón de cosas. Todo en un ambiente laboral magnífico, lo trataron como uno más y le dieron montón de posibilidades”, resumió agradecida.

Claro que Emilio no se conforma con la propina y el día de mañana “aspira a ganar un sueldito”. Marche un aplauso para este buen mozo, por sus ganas de superarse y, desde luego, por su esmerada atención.

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Emilio hizo cursos de mozo y luego fue capacitado en APASIDO.

Antonio Spagnuolo

Como funcionan las pasantías

Por su parte, Silvina Díaz, la directora de APASIDO contó pormenores del sistema de pasantías que le permite a los chicos formados en la entidad disfrutar de su primera experiencia laboral.

“Inicialmente hacemos un trabajo de formación laboral y luego empiezan las pasantías en los ámbitos laborales reales. Esto es lo que iniciamos con Balcarce. Si bien ya tenemos un joven en Neuquén trabajando hace 4 meses en Saraya y una joven en el Instituto Fátima de Cipolletti, ahora sumamos este convenio en el café. Serán 12 jóvenes que irán uno por semana, de lunes a viernes”, precisó.

Y adelantó futuros intercambios con otras firmas: “Mientras tanto en octubre tendremos una pasantía en Mil Ruedas en Neuquén, a donde van a ir cuatro jóvenes con la posibilidad de que alguno quede fijo. Y en octubre en La Anónima de Cipolletti, donde 2 jóvenes estarán 6 meses cada uno. Así vamos abriendo camino y que las empresas se ofrezcan para darnos espacios para nuestras prácticas laborales es sumamente importante”, indicó.

La historia de APASIDO

“Somos una Asociación de padres de personas con Síndrome de Down que se fundó en 2007, en 2011 abrimos el primer Centro Laboral en General Roca y en abril del 2023 inauguramos nuestro segundo centro en Cipolletti, cuando terminamos de construir nuestra sede propia. Hoy tenemos 34 jóvenes que asisten a diario a la institución, nos dedicamos a la Transición Adulta y la formación Pre Laboral y Laboral de los jóvenes con discapacidad intelectual en general. Todos son mayores de 18 años”, describió.

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“Todo el personal que está en APASIDO es profesional, hay psicólogos, psicopedagogas, preparadores laborales, terapistas ocupacionales, trabajadores sociales”, culminó sobre una entidad que trabaja por un noble fin…